18 abril 2007

Preguntas


A veces nos hacemos preguntas, sin sentido, sin respuesta, sin necesidad... Yo no soy una persona en exceso inquisitoria, es raro que yo formule pregunta alguna, tengo la absurda creencia de que lo que pasa a mi alrededor pasa porque si, así que lo considero incuestionable.
A lo mejor peco de desinteresada y poco curiosa, no sería la primera vez que resulto acusada de pasar de todo lo que no sea yo (osea que soy una egoísta), pero yo creo que ir prenguntándolo todo por la vida no es bueno. Es posible desencadenar una hecatombe a nivel personal sólo con formular la más inocente pregunta, o escuchar una respuesta que no queríamos oír (que es lo menos que nos puede ocurrir y lo más típico).

Por eso yo, hace mucho tiempo, decidí dejar de preguntar y dejar que me contasen lo que de verdad quisieran contar, sin presiones, sin agobios, porque a veces las respuestas vienen solas, simplemente hay que escuchar.

7 comentarios:

Guitarrero dijo...

Supongo que cada uno está hecho de una pasta, y hay pastas que se amoldan a no preguntar. Otras intentamos preguntar cada vez menos, y que cada vez necesitemos menos información.

No es que me pase la vida preguntando, sino que prefiero preguntar a imaginar. Chica, tengo todos los ingredientes de una pasta que no se amoldará a eso, pero lo intenta ;)

:-X

Ara. dijo...

Será que es que a mi no me gusta tampoco que me pregunten

Guitarrero dijo...

Tomo nota ;)

Ara. dijo...

Vamos a ver, una cosa es que pregunten que tal... y otra que te sometan al tercer grado

Guitarrero dijo...

Es un tópico típico, pero a veces el punto en el que se pregunta demasiado es difuso. Por otro lado, cuando alguien se habitúa a que se le pregunte, dejar de hacerlo tampoco se toma bien.

Bueno, un lío raro :s

Ara. dijo...

Mi punto de exceso es cuando pongo cara de ajo (aproximadamente a la pregunta nº5)

Guitarrero dijo...

Entonces contaré hasta cinco, sin llegar al número.

Espero que el día te esté tratando bien.