12 marzo 2007

Hombres vs. Mujeres

Existe una diferencia básica entre hombre y mujer (a parte de lo obvio): pase lo que pase, aunque penséis exactamente lo mismo, no os entenderéis.
Pondré un ejemplo:

Él dice: estoy a gusto contigo
Ella dice: estoy a gusto contigo

Mismas letras, misma puntuación, mismo pensamiento, pero sin embargo cuando llega a los oídos del otro es como en el “teléfono estropeado” la frase final no tiene nada que ver con lo que se dijo al principio.

Él entiende: quiero casarme contigo
Ella entiende: sólo te quiero para… (ejem)

Cuando una mente objetiva y racional entendería algo así como: lo paso bien contigo, nos entendemos bien, me importas y me gusta lo que compartimos. Sin más vuelta de hoja, ni dobles sentidos, sencillo, claro… como debe ser.

Y yo me pregunto, ¿cómo puede ser que de dos frases idénticas, con el mismo y obvio significado, se saquen dos conclusiones tan distintas?
Hay varias opciones:

1. Que no se quería decir lo mismo, por aquello de que la mujer es de Venus y el hombre de Marte
2. Que ella sea una paranoica y al leer ente líneas interprete lo peor, porque mujer precavida vale por dos, además de que la experiencia en el campo nos da por escaldadas
3. Que él vaya de listo y piense, se ha enamorado profundamente de mi, si es que lo sabia, soy tan genial que era obvio que se iba a pillar

Existen más opciones, pero nos quedaremos con el kit de andar por casa.

En el caso 1, no hay más tu tía, evidentemente ninguno dice lo que realmente piensa y así es bastante difícil entenderse. Por lo tanto esa relación se ira al traste.

En el caso 2, estamos tan acostumbradas a que nos traten como objetos que ya lo tenemos asumido, así que a la más mínima sospecha, directamente lo damos por hecho. Hay ocasiones en que nos equivocamos, pero otra muchas acertamos (por desgracia).

En el caso 3, y aquí me arriesgo a errar por el hecho de ser mujer y no entender la conexión neuronal masculina, me da la impresión que porque seas un poco cariñosa, les trates con algo de dulzura, y te preocupes por ellos… dan por hecho que en tus ratos de oscura elucubración, estas tramando un plan macabro para echarles la soga al cuello. Cuando en realidad tú te comportas como te gustaría que lo hicieran contigo y porque opinas que con esa persona puedes dar un poco más de ti. Así que como eres una pesada que andas siempre agobiando y en realidad no te ven como futura esposa, pues ya conocemos el final.
En este caso (3) no se molestan en preguntarte lo que tu piensas, directamente dan por hecho lo que tú quieres y ellos no, sin tener en cuenta que quizá, por una extraña conjunción astral tú no seas Susanita (la amiga de Mafalda) y no tengas la más mínima intención de ser esposa y madre (ni con el, ni con ninguno) porque por mucho que le quieras, igual, tú tampoco estas loca por tener un megacompromisoquetecagas, porque estas bien como estas y con seguir tal cual, te vale.


Igual que los hombres (salvo rara excepción) muchas mujeres idolatramos nuestra libertad e independencia por encima de todo, no estamos deseando encontrar al príncipe azul, porque sabemos que destiñe, no necesitamos tener un novio 24h al día pegado al culo para sentirnos bien con nosotras mismas, porque sabemos lo que valemos, y nuestro sueño desde la infancia tampoco es ir al altar de blanco, primero porque no creemos en ello y segundo porque nuestra realización como persona dista mucho de ese sueño.
Sé que es difícil de asimilar, pero es así, y cada vez somos más las que pensamos de esa forma, no dependemos de ningún hombre, lo cual no significa que estemos con cualquiera, no, simplemente tenemos nuestra propia vida, que por supuesto podemos compartir, pero jamás anular. Que podemos sentirnos atraídas, e incluso querer a una persona sin necesidad de un anillo, una etiqueta en la relación, una valla, un perro y los enanos (de jardín, porque lo de los niños, ni de coña).

Porque para mí, como para otras muchas mujeres, querer a alguien no implica más que el saber que esa persona es importante, que confías en ella y que te gusta tenerla a tu lado porque “estoy a gusto contigo”