09 diciembre 2010

Delirios inspiracionales



La inspiración suele venir dada por estados de ánimo, al menos en mi caso, y cuanto más profundo es lo escrito, más gris es el ánimo. Por eso siempre me pregunto si los escritores, no los de novela histórica, ni los de ciencia ficción, si no los de los largos relatos románticos, las cruentas batallas por las conquistas de reinos, de corazones, los poetas, incluso los cantantes, estarán sumidos en una eterna depresión o en un contínuo desamor.




En ese caso, si la inspiración va ligada a la desesperación del individuo y su vida se basa en esa inspiración por ejemplo, como cantante de éxito, ¿jamás podrá liberarse de su tristeza? ¿debería vivir rupturas amorosas constantes? Entonces, ¿al ser feliz arruinaría su carrera? Y uno ¿cómo decide algo así? ¿escribe por adelantado letras para 20 años y luego vive una vida feliz? Y si con lo escrito no le llega ¿hace migas su felicidad dejando el Prozac o a su amor?



Menos mal que yo escribiendo no tengo ningún éxito, además de cantar fatal, porque una cosa tengo clara, prefiero perder mi inspiración y ser feliz, que escribir miles de folios cantándole mis penas a la luna, por muy bonitos que pudieran llegar a ser. Claro que también podría contratar a un negro (no de raza, si no de esos que escriben por ti) deprimido y desenamorado que además cantase bien, para poder, ya de paso, hacer playback. Aunque en ese caso debería ser negra, porque no me imagino yo abriendo la boca y soltando un chorro de voz que ni el mismísimo Plácido Domingo cantando “Nessun Dorma". Me tendría que conformar con algo tipo “Soyaya” aunque yo no vivo "poyeya” vivo “pomí”.



Conclusión, que yo quiero ser feliz, estar enamorada y que me cante Bryan Adams
(y encima rima jijijiji)



14 junio 2010

Escribiendo


Escríbeme una historia para volar muy lejos; escríbemela despacito para que dure tiempo. Pero no me escribas con lágrimas, ni me la grabes a fuego, no derrames dolor en las líneas de tu cuento, mi cuento.

Escríbeme, escribe, para que yo lea tu alma por dentro, para que los trazos de tu pulso mis ojos sigan viendo. Escríbeme un bonito cuento.

Escríbeme unas líneas, donde la sangre no brote en cada acento.

Escríbeme para que pueda perderme en tu aliento. Escríbeme y llévame lejos.
Escríbeme, sigue escribiendo... esta historia, sin orden ni concierto.



Escríbeme, que yo ya no puedo.



06 junio 2010

82

6.6.1928 - 19.6.2003

Sigues siendo parte de nuestras vidas

03 mayo 2010

Empatizando




Empatía: Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.



¿Por qué nos resulta tan difícil? Quizá porque es molesto tener que entender sentimientos que no son nuestros, situaciones que no nos interesan. O por la pereza absoluta de pararse a escuchar y asimilar que no somos los únicos que tienen mundo interior.



Todo el mundo siente, unos lo exteriorizan, otros no, incluso hay quien lo oculta. Por eso es tan importante la empatía, para poder convivir con el resto del género humano, para entender que alguien tiene un mal día y no tiene ganas de hablar, o que su mundo se derrumba y necesita un apoyo, o que esta viviendo una situación especial y quiere compartir su felicidad con los demás.



Es tan importante conectar con los sentimientos de quienes nos rodean, como poner un pie tras otro para caminar, se trata de una dinámica esencial para poder compartir espacio, vivencias, silencios, risas... y seguir manteniendo una relación sana con nuestro entorno.



Pero ojo, empatizar con lo que otros sienten, no implica asumir su papel en la historia, cada cual debe vivir su vida y dejar que cada cual luche la suya, porque si no dejaríamos a un lado nuestros propios sentimientos para bañarnos en los de los demás y eso tampoco es sano.



Es muy difícil encontrar el equilibrio entre la empatía, compartir, conectar, y mantenerse al margen. Quizá por ese motivo, gran parte de quienes pasan por este planeta, hacen oídos sordos a todo lo que les resulta ajeno, defendiéndose con que no les importa la vida de los demás.



A mi, personalmente, me da igual la vida de los demás, no cotilleo si están felices, ni meto el dedo en heridas, simplemente acompaño, escucho, río, callo... y aguardo cerca para lo bueno y lo malo. Porque me gusta sentir sus sentimientos, sin hacerlos propios.



05 abril 2010

Remendando heridas

Y de nuevo esta melodía infinita de círculos concéntricos que llevan a ninguna parte.

¿No he recorrido yo antes este camino? ¿No pasé alguna vez por el mismo lugar? Quizá.. o a lo mejor son ciudades distintas con un mismo trazado, bromas pesadas de la cartografía vital que te confunden de calle para ir a encontrar siempre el mismo absurdo callejón sin salida y a darse de bruces contra el muro que lo cierra, para acabar por millonésima vez llena de magulladuras.




He reconstruido mi ser tantas veces que tengo miedo de que sea como cuando un jarrón roto se pega con pegamento; quedará como nuevo si se hace bien, pero seguirá teniendo las roturas. Es verdad que estarán selladas, pero al fin y al cabo son cicatrices de un golpe, dejan secuelas, zonas endurecidas, desgastadas, marcadas... Zonas que ya no volverán a ser como antes. ¿Y si me ocurre lo mismo? ¿Y si a base de tanto golpearme acabo por ser un nudo cicatrizado? ¿Y si con el tiempo me agrieto y me hago arena?



Es duro, es muy duro buscar una vez más la fuerza para remendar las piezas de lo que queda de uno, pero quizá tenga la suerte de no volverme una completa cicatriz insensible e inservible y vea la luz que me corresponde, porque yo también tengo ese derecho y lucharé por ello.

08 marzo 2010

Preguntas habituales


¿En qué se mide el cariño, el respeto, el amor? O ¿cómo se demuestran?, ¿por qué necesitamos tanto, o al menos yo, que nos lo demuestren?



Sí, la debilidad es propia del se humano, y como humana que soy, reconozco que necesito que me quieran, que me abracen, que me acunen. Pero, ¿eso es debilidad?, quizá no, quizá la auténtica debilidad es el miedo a dar, el miedo a que rechacen lo que damos, o aun peor, que después de quedarnos vacíos de tanto dar, descubramos que fue en vano y el vacío sea aun mayor.



Entonces me reconozco el ser más débil, puesto que a pesar de dar y dar y dar, nunca llego a lo más importante, a dar-me, sobre todo cuando encuentro una cortina de miedo en los demás, del mismo miedo que me envuelve a mi, el miedo al fracaso, a sufrir, a volver a caer.



Pero, si todos nos agarramos a ese miedo, jamás habrá un cariño limpio, unos sentimientos claros, unas palabras dulces.



Y yo quiero vivir la dulzura de la vida, quiero que los demás puedan ver y sentir mi parte dulce, quiero abrir ese rincón escondido tras un muro de hielo para que los demás puedan encontrar todo el calor que guardo dentro.



¿Por qué nos cuesta tanto? ¿Por qué?

 

07 marzo 2010

Y vuelvo..

Ha pasado tiempo desde la última vez que me asomé por esta ventana..
He vuelto, aunque no estoy mirando atrás, solo que me aparqué en un rincón para no hablar conmigo y poder abrir mi mundo a los demás, sin embargo me necesito, necesito escucharme, necesito leerme, así que hoy, aquí, me retomo una vez más para poder encontrar en mis palabras las trazas de mi realidad más profunda.
Bienvenida a mi mundo interior.. otra vez!