31 marzo 2008

Abrazos perdidos


Abrazar es rodear a otra persona con los brazos, pero también es ceder parte de tu espacio vital a la vez que invades el suyo, creando así una burbuja compartida durante unos segundos; tiempo más que suficiente para dejar parte de nosotros en la otra persona y llevarnos con nosotros también una pequeña parte de esa persona.

Tiempo de sobra para sentir la calidez, el cariño, la intensidad de lo que la otra persona siente hacia nosotros, pero también a la inversa, también nosotros desvelamos nuestros sentimientos en ese abrazo.

Todos, en un momento u otro, necesitamos un abrazo, a veces necesitamos ser abrazados y otras abrazar.

Sin embargo aunque un abrazo siga siendo, eso, rodear con los brazos, muchas personas tienen/tenemos miedo a ese círculo que se crea con los brazos, porque nos aterra lo que ese círculo lleva en su interior; tememos el vínculo, por momentáneo que sea, que crea un abrazo, pero sobre todo tememos que la intensidad no obtenga la reciprocidad deseada, que nos rechacen, que nos trasmitan frio, indiferencia, pasividad... por eso muchas veces perdemos un abrazo, que ya nunca volverá.




Pd: Hoy quise darte un abrazo, pero tuve miedo a que ya no fuera lo mismo... que tú no quisieras ese abrazo, que ya nunca será