28 julio 2008

Arriesgando


No entiendo por qué motivo me atrae tanto el peligro, es una especie de tara personal, o un extraño vicio. No me atraen tanto los riesgos físicos como los psíquicos, porque a mí lo de hacer puenting... pues como que no; sin embargo cuando hay unos ojos azules, una sonrisa pícara, unas palabras suaves... o la posibilidad de una revancha, ahí estoy yo la primera, que ni que regalasen algo oye!


Así, que, aquí me encuentro, con todas las alarmas sonando (ahora entiendo el motivo de mi dolor de cabeza), con un plantel de luces rojas, con todas las señales indicando peligro y yo ahí que voy, de morros, sabiendo lo que me juego, que es mucho, demasiado quizás, y sin embargo voy con los ojos cerrados y el paso firme.


Tengo grabado a fuego mi objetivo, espero no quemarme. Necesitaré suerte, sangre fría y mucho temple.


Podría dejarlo pasar, lo se, pero nunca fui una cobarde, tengo que enfrentarme, tengo que jugármela, sólo espero salir andando la batalla.

No hay comentarios: