Hoy es lunes,
según he leído en el periódico, el lunes más triste del año, aunque yo en
realidad llevo demasiados lunes de mierda, porque lo de triste se me queda
escaso…
¿El problema?
sencillo, que una decisión acertada que tomé en diciembre de 2017 por
circunstancias de la vida se está convirtiendo en mi hundimiento personal.
Retomemos el origen de dicha decisión y lo que ha desencadenado en estos 3
años.
En la crisis de
2008 yo caí en el paro como tantos otros; durante años me volví loca intentando
volver a trabajar y al final en marzo de 2012 una empresa me dio la oportunidad
en su departamento de atención al cliente. Durante los siguientes 5 años crecí
y desarrollé una buena carrera dentro, llegando a dirigir mi propio
departamento, pero previo al verano 2017 se desencadenó una situación contra mí,
por parte de la cúpula principal, bastante agresiva (amenazas incluidas) para
que dejase la empresa en lugar de despedirme, cosa que derivó meses después en
mi baja médica y una demanda por acoso laboral, situación que tuvo su fin el 26
de diciembre de 2017 cuando finalmente la empresa se avino a conciliar,
abonarme un despido improcedente y así poder seguir adelante con mi vida.
Durante el mes
de diciembre 2017, con el recuerdo de los años horribles buscando trabajo, la
sensación de inutilidad, de no saber hacer nada, de no servir para nada… y
viendo lo frágiles que son las relaciones laborales según lo que estaba
viviendo en ese momento, mi cerebro se negó a volver a buscar un trabajo en la
empresa privada, donde un día eres su mejor activo y al siguiente te roban
hasta la dignidad (si te dejas), por lo tanto me decidí por opositar, aquello
que jamás en la vida me habría planteado y que consideraba algo imposible para
mí que me distraigo con una mosca.
Pero lo hice,
elegí proceso, elegí academia, estudié, estudié, estudié… pero según pasaba el
tiempo mi plan iba derrapando, porque mi idea era ir a una academia, dar una
vuelta al temario con ellos en lo que consideraba cosa de un año (para 40
temas, me parecía algo coherente) y después buscar un trabajo y seguir
estudiando por mi cuenta hasta que salieran los exámenes.
Primer escollo: ni de coña di una
vuelta en un año al temario, empecé la academia un 24 de enero de 2018 y en 7
meses sólo habíamos dado 7 temas, por lo tanto retrasé lo de buscar trabajo
para poder asistir a las clases y estudiar bien la primera vuelta.
Segundo escollo: llega verano 2019, en
año y medio no hemos terminado el temario (aún queda por dar más de la mitad) a
mí el paro se me agota en cuestión de 4 meses, así que me busco un trabajo, que
consigo hacia el mes de junio, que por supuesto es imposible de compaginar con
estudiar a un ritmo decente y menos con ir a la academia, pero tiene un buen
sueldo y me permite hacer planes de vida, así que replanteo todo más lento y ya
está. Ya llegará. Pero la empresa quiebra en un mes… así que vuelta al paro y a
buscar otro trabajo, en el que por cierto estuve 4 días (del 25 al 29 de
agosto) porque ni era lo que me habían ofrecido, ni daban la formación
apropiada, ni mucho menos el trato era amable (puta mi suerte, para variar). Y
en ese impasse sale la fecha del
primer examen (octubre).
Bien,
retrocedamos y repasemos fechas hasta aquí, empecé un 24 de enero de 2018 y hemos
llegado a examen el 26 de octubre de 2019, casi 2 años (concretamente un año y
10 meses), en los que al final entre pitos y flautas mi plan se ha ido a la
mierda del todo, no llego a examen con todo el temario dado (no señores, en
casi 2 años la academia NO TERMINÓ de dar 40 temas), mi paro está en las
últimas y mis opciones de supervivencia son vivir de mi madre como si tuviera
15 años.
Pero bueno,
pasé el examen, de hecho quedé en un puesto 139 de 1223 con un 7,26, así que
tenía posibilidades de sacar plaza, por lo tanto tuve que elegir entre buscar
trabajo porque el paro me decía adiós en febrero de 2020 o prepararme el
segundo examen como si no hubiera más vida. Elegí la segunda opción, tenía que
darlo todo, tenía un pie en el primer escalón (la bolsa de empleo y una futura
interinidad)
Tercer escollo: hice un segundo examen
estupendo, pero salí con la sensación de “se avecina catástrofe” y ¿sabes qué?
maldita intuición de mierda, acerté de lleno, porque aun teniendo un 7,1 según
el cálculo inicial, el tribunal la lio tan parda en las impugnaciones que no
sólo dejé de sumar puntos si no que me restó hasta dejarme en un 5,25 y con
eso, fuera de corte. A la mierda mi plaza! Y si, con la nota del primer examen
paso a formar parte de la bolsa de empleo, pero mientras no se cierre todo el
proceso y se asignen plazas, no hay lista de interinos posible (y ya adelanto
que a día de hoy ni si quiera se baraja fecha del tercer examen, por lo que ni
bolsa, ni padre, ni perro que me ladre)
Cuarto escollo: pan-qué? PUTA PANDEMIA
DE LOS COJONES, el 10 de febrero de 2020 cobro mi última prestación de desempleo,
el 14 de marzo de 2020 se declara un estado de alarma y con ello un
confinamiento que nos tiene hasta junio encerrados en casa, la situación
económica es … ¡qué coño! no hay situación económica, las empresas se han visto
obligadas a cerrar y mandar a sus plantillas a ERTES, así que lo de encontrar
un trabajo ahora es imposible. Las arcas del Estado por motivos varios que no
vienen al caso, están bajo mínimos y dada la situación es prioritario salvar al
empresario, no ofertar nuevas plazas de funcionario, por lo que se vuelven a
avecinar años aciagos para opositar con la posibilidad de que no se oferten
plazas libres durante muchos años como ocurrió en la anterior crisis (hasta 10
años sin sacar plazas nuevas).
Escollo actual: Estamos a 18 de enero
de 2021, me quedan 12 días para cumplir 41 años, en breve hará un año que no
tengo ingresos de ningún tipo, no me corresponde ninguna ayuda porque no entro
en los baremos ni por edad, ni por condición, ni por nacionalidad, ni por nada
de nada. Llevo echando currículum desde el mes de junio pero la única vez (en
octubre) que me han llamado y que parecía que me iban a coger, Madrid volvió a
confinar por barrios y me suspendieron la entrevista a la espera de una mejora
de la situación que ni llega ni parece que vaya a llegar, y que por supuesto ya
ni si quiera espero después de tanto tiempo. Aunque he preguntado, me dan
largas, ya no sé si de verdad suspendieron la contratación o me han vacilado.
Por su puesto,
después del ostión con el segundo examen de la oposición, continué con la idea
de opositar, me reconduje a otro proceso pero ha sido otro error más de los
muchos que he cometido en mi vida, ya que el 90% del temario es nuevo, no lo
controlo, no he podido hacerme unos apuntes decentes, no voy al día y por lo
tanto no tengo posibilidades de aprobar, mi única opción en ese sentido es
volver a reconducir hacia otro proceso que sea más similar a lo que estudié. O
encontrar un trabajo (JUASS) y poner la oposición en modo lento mientras meto
algo de dinero en mi cuenta y un poco de optimismo en mi cabeza.
Aun así, sin
ingresos, sin nada en el horizonte, sólo con gastos que me paga mi madre y con
el varapalo que supone echar CV (he contado más de 50) y que no sólo ni los
miren (eso es más normal) si no que cuando lo hacen, para un puesto en el que
encajas perfectamente (coger el teléfono y grabar datos en un ordenador sabemos
todos y además era gran parte de todos mis trabajos anteriores) te descartan en
menos de 3 minutos, ¿qué haces? ¿qué piensas? ¿cómo continúas sin hundirte?
Pues me hundo,
evidentemente, si ya de por sí la situación de dependencia con 40 años es dura,
el ver que cumples otro año más, que nada ha cambiado si no que va a peor, que
no hay un futuro posible porque las ofertas de empleo son escasas, piden cosas
absurdas (3 años demostrables en “X” cuando después te van a dar una formación
precisa, que por supuesto dura 3 semanas, no es remunerada y además selectiva)
o te descartan por no entrar en los baremos de posibles bonificaciones en seguros
sociales (menos de 35 o mayor de 45, grupo de exclusión, maltratada,
discapacidad…) y que en el remoto caso de que consiguiese un trabajo decente
(que no sueldo decente, OJO, eso hace mucho tiempo que no existe), aun así no
podría hacer mi vida, porque sí señores, vivo con mi madre, no me puedo pagar
ni la comida así que mucho menos plantearme ser independiente como corresponde
a mi edad, no tengo visos de aprobar ninguna oposición (el estado de ánimo
influye mucho para estudiar), y ya no hablemos de poder hacer ningún tipo de
plan de futuro, ¿casa propia? claro que sí, hombre!!!
En fin, así las
cosas, lo de tener un buen día, ni lo mencionamos, mejor. Y lo de blue monday…
sin comentarios!